El Vértigo Postural Paroxístico Benigno es
la enfermedad mas frecuente relacionados con vértigo y la que a mi parecer tiene el
nombre mas complejo, y por supuesto de los mas difíciles de recordar… de tal
suerte que generalmente se le conoce como “El Vértigo”.
Dentro de los síntomas principales
incluye:
• Ataques de Vértigo (sensación de que uno
gira ó todo está girando), de "corta duración" (entrecomillamos esto
ultimo ya que el paciente suele sentir que dura mucho mas).
• Nauseas.
• Vómito en ocasiones
• Sudoración.
• Sensación de inestabilidad y mareo
residual (posterior a crisis de vértigo).
• E incluso ansiedad y miedo
importante.
Lo curioso, y una parte fundamental de
esta enfermedad es que los síntomas se desencadenan por cambios de posición de
la cabeza, en su mayoría en situaciones que involucran recostarse o levantarse/sentarse
en la cama, girarse en la cama, agacharse, extender la cabeza para ver hacia
arriba.
Ahora bien, “El Vértigo” (alias Vértigo
Postural Paroxístico Benigno) es causado por la malposición de unas
"piedras" en una estructura que se llama oído interno, sin embargo
para explicar ésto es necesario hacer un brevísimo y espero no muy aburrido
recordatorio de anatomía y fisiología:
El sitio del oído interno que se “encarga
del equilibrio” se llama Vestíbulo, y éste se compone de 3 canales semicirculares,
que son estructuras cilíndricas "huecas por dentro" con liquido en su
interior (que en éste caso se le conoce como endolinfa) y un receptor del
movimiento al final de cada uno de ellos; entonces, cuando nosotros movemos la
cabeza, el liquido del canal del se mueve, lo que va a estimular el sensor de
movimiento previamente descrito, el cual a su vez le envía al cerebro la señal
de que hemos movido la cabeza hacia alguna dirección. En general estos canales
se encargan de percibir cuando hacemos movimientos giratorios o movimientos
angulares como decimos en medicina (ej. cuando uno gira la
cabeza a un lado u otro).
Existen muy cerca de esos semicírculos 2
órganos adicionales (también llamados órganos otolíticos), que podríamos decir
que son “bolsas” llenas de una especie de gelatina en donde se encuentran
reposando unas partículas llamadas otolitos (las famosas “piedritas”, que dicho sea de paso, están
formadas de un material llamado oxalato de calcio) las cuales le dan peso la
gelatina; entonces podríamos decir que éstas estructuras nos dan información de
como tenemos la cabeza en cuanto a la fuerza de gravedad (o sea si estamos
verticales u horizontales) y se describen como sensores de movimiento lineal
(que se encargan de percibir desplazamientos verticales u horizontales).
Dicho esto, y como comentábamos
previamente, hay ocasiones en que las piedritas (u otolitos) se salen de las
bolsas a las que corresponden, y se meten a uno de los canales semicirculares
que describimos con anterioridad, causando que cada vez que el paciente se
acuesta en la cama, o se levanta o se gira, estas piedras se desplazaran dentro
del canal, lo que va a provocar una hiper-estimulación del sensor de movimiento
de dicho canal, lo que generará la sensación de que las cosas empiezan a dar de
vueltas (incluso algunos pacientes los refieren como si se estuvieran yendo por
el caño). Esa sensación suele durar el tiempo que tardan en deplazarse los
otolitos (mas o menos como cuando en agitamos una bola de cristal de esas que
tienen como nieve adentro, y las partículas empiezan a caer lentamente).
Posteriormente, como cualquiera de nosotros al ser lanzados por un caño, el
paciente se queda una sensación residual de inestabilidad y mareo… hasta el
próximo movimiento de cabeza que desencadene El Vértigo.
Ahora bien, la mayoría de las veces ocurre
en las mañanas (aunque no es una regla) pues en la noche suele ser el momento
en que los otolitos que hayan perdido adherencia a la gelatina se van a salir
lentamente de la bolsa y se irán introduciendo al canal, y poco a poco se van
amontonando hasta formar un cumulo de piedras o una masa de mayor tamaño, de
tal forma que cuando el paciente se despierta y realiza alguno de los movimientos
previamente descritos, desencadenando vértigo.
Una pregunta importante suele ser ¿Cual es
la causa de ésta enfermedad?. La respuesta en general es "no sabemos"
(lo siento, no sabemos todo aún). Aunque hay
varios factores de riesgo descritos, como tener arriba de 40 años, ser mujer,
tener una enfermedad previa del oído interno (ej. neuritis, enfermedad de Méniere, etc.), y recientemente se esta hablando mucho de la
posible relación de ésta patología con deficiencias de Vitamina D y
Calcio, aunque aun hace falta hacer mas investigación al
respecto.
Para realizar el diagnóstico casi siempre
es suficiente con la historia clínica y una exploración física que forzosamente
debe incluir maniobras posturales diseñadas para desplazar las partículas en
los canales semicirculares (Dix-Hallpike, Roll test, etc.), mismas que desencadenarán vértigo, pero más importante
aun, desencadenaran un movimiento ocular característico (llamado nistagmo), el
cual dependiendo de la dirección y características del movimiento, nos dará el
diagnóstico, por lo que es raro que sean necesario indicar estudios
adicionales.
En cuanto al tratamiento, podríamos decir
que tenemos dos opciones. Una es dejar que las partículas se vayan disolviendo
solas en el liquido donde se encuentran (imaginemos que dichas partículas son
cristales de azúcar embebidos en un medio liquido), por lo que tarde o temprano
se disolverán solas (éste proceso puede tardar desde algunos días, hasta varios
meses). Otra alternativa (y la MÁS recomendada) es realizar maniobras diseñadas
para regresar las partículas hacia donde pertenecen, ya que dicho tratamiento
suele durar 10 minutos aproximadamente, teniendo una eficacia de entre el 80%
al 90% en la primer maniobra (ej. maniobra reposicionadora de Epley). Existen otras maniobras diseñadas para
que el paciente haga unos ejercicios en su casa, los cuales están diseñados
para disolver las partículas un poco mas rápido de lo que lo harían normalmente
(Maniobra de Brandt-Daroff) sin embargo ésta ultima alternativa suele ser mucho
más lenta que las maniobras reposicionadoras, y en algunos pacientes pudieran
ser menos toleradas.
El tratamiento farmacológico en estos casos
suele ser necesario únicamente como tratamiento sintomático, o sea, para
disminuir la intensidad de los síntomas (lo que podría ser un analgésico para
un dolor de cabeza), pero difícilmente algún medicamento va a alterar la
historia natural de la enfermedad. Dentro de los medicamentos que se pueden
utilizar existen los llamados frenadores laberínticos y antieméticos (como
difenidol), ansiolíticos e incluso medicamentos procinéticos.
Muchas gracias Doctor por compartir está información, mi Padre ayer en la tarde estuvo con usted, precisamente x este motivo y al parecer va muy bien sin vértigo. Un fuerte abrazo, Dios lo bendiga.
ResponderBorrarEstamos para servirle. Saludos.
BorrarDr. Oscar Dorado.
ResponderBorraragradezco su atención del día de hoy en consulta,
seguiré sus indicaciones y estaré en contacto molestándolo. muchas gracias.